Buenos días amados hermanos, gracia, misericordia y paz de DIOS nuestro Padre y de Jesucristo nuestro Señor y Salvador.
El versículo de hoy es:
Genesis 3:17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
En este versículo DIOS pronuncia el castigo de Adán, después de haber juzgado a Eva y a la serpiente.
DIOS dijo: ¨Por cuanto obedeciste la voz de tu mujer¨.
DIOS el Creador le dio una orden al hombre y este la desobedeció, Adán era la cabeza, el administrador del huerto, pero escuchó y obedeció la voz de su mujer, esta acción le trajo consecuencias no solo a él, sino a toda la creación porque Adán tenia la responsabilidad de trabajar y guardar la tierra.
¨Maldita será la tierra por tu causa¨ DIOS preparó un huerto en Edén y puso allí al hombre, este huerto tenia arboles con toda clase de frutos en abundancia para comer, por causa de la desobediencia de Adán DIOS los saca del huerto del Edén y la tierra donde van a vivir ha sido maldecida por su causa y es difícil de trabajar.
¨Con dolor comerás todos los días de tu vida¨ El trabajo que antes era un gozo y parte del propósito del hombre en la tierra, se convierte en una labor sufrida y dolorosa.
Desde el momento en que DIOS saca al hombre y a la mujer del huerto del Edén el sustento diario será fruto del esfuerzo, el hombre tendrá que luchar arduamente y diariamente para poder comer.
Romanos 8:20-24 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.